La Iglesia San Juan de Dios, una historia por recorrer
El Templo fue declarado Patrimonio Artístico Nacional, en 1983. FOTO LA NICARAGUA DE HOY.
Corría el Año del Señor de 1620, precisamente el 27 de agosto, cuando fue electo 13º Obispo de León, el benedictino fray Benito Rodríguez de Baltodano, español, Doctor en Teología por la Universidad de Salamanca. Fue Abad de San Claudio y, después, Visitador de su Orden Religiosa. Al llegar a su Sede, el mismo año 1620, viendo la gran necesidad de los pobres, inició la construcción del Hospital, en Sutiava, y se llamó: “Convento y Hospital Real de Santa Catalina Mártir”. Según algunos autores, se terminó de construir en 1622-1623.
Este Hospital cumplía las normas de la Ley del Rey Felipe II, de 1573: Los Hospitales, cuando no fueran para enfermedades contagiosas, tenían que fundarse junto a las iglesias y por claustro de ellas.
Habiéndose extendido en todo el Reino el uso que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios fuese quien dirigiera los Hospitales (como lo será necesario Reglamentar por la Ley de Felipe III de 1652), necesitando mejor administración el de Santa Catalina Mártir y no habiendo religiosos de San Juan de Dios en Nicaragua, 1642 se escribe pidiendo que vengan los de San Juan de Dios. Llegan en 1650 seis religiosos, quienes encontraron veinte camas, iglesia y convento, pero ningunas rentas para mantener el hospital, ni para sí propios.
21 de agosto de 1685, los piratas ingleses queman el hospital y todas las iglesias existentes en León y Sutiava.
Ese mismo año, vecinos donan un poco más de media manzana de terreno para que el Convento-Hospital se traslade al sitio que actualmente ocupa. Se produce el traslado y se inicia la construcción del nuevo Convento-Hospital Real de Santa Catalina Mártir, en el Cantón El Sagrario, entre la Primera y Segunda Calle Sur Oeste y la Tercera Avenida Sur Oeste. Por ser regentado por los de San Juan de Dios, popularmente se le llamaba “de San Juan de Dios”.
En su visita Pastoral de 1752, en su informe, Mons. Morel, dice, que: El Convento de San Juan de Dios tenía una iglesia con tres claustros con celdas para doce religiosos y catorce camas para enfermos.
En 1824, son expulsados del país los miembros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, como los de las otras Órdenes Religiosas. El Hospital deja de llamarse “Real” y se le denomina: Hospital de San Juan de Dios. La Iglesia (la Diócesis) se ve precisada a organizar una Junta Especial de Caridad o Beneficencia, para que dirija y administre el Hospital.
Esta Junta, pasa la Dirección del Hospital, en 1875, a las Hermanitas de la Caridad o Hijas de San Vicente de Paúl.
El 28 de abril de 1898 se produce el Terremoto de León. Las monjas abandonan el Hospital, que queda desocupado.
Casi inmediatamente, el Padre Mariano Dubón solicita a la Junta el uso de las instalaciones abandonadas para establecer en él un centro de acogida para los huérfanos de León y sus contornos.
En Sesión Extraordinaria de la Junta, del 13 de mayo de 1901, administradora de las instalaciones de San Juan de Dios, como habíamos dicho, faculta al Sr. Salvador Cardenal para celebrar un contrato, mediante el cual se ceda, a perpetuidad y a título gratuito, el uso de dichas instalaciones al Padre Mariano Dubón. “El derecho a ocupar el mencionado edificio, incluyendo las dos casitas que no se mencionan en el contrato primitivo”, dice el texto. Dubón puede ceder este derecho siempre y cuando el edificio se destine al mismo fin: Hospicio para varones huérfanos. Dubón y sus sucesores serán dueños de las mejoras que construyan, pero si desaparece el Hospicio o se traslada a otro local, pierden el uso concedido lo mismo que las mejoras construidas, sin que puedan pretender indemnización por ellas. Así se firmó la Escritura Pública a las once de la mañana del día veintitrés de mayo de mil novecientos uno, ate los Oficios Notariales de Máximo H. Zepeda.
Domingo, 15 de noviembre de 1903, llegan los Hermanos de las Escuelas Cristianas a San Juan de Dios.
En 1904, según lo establecido en el nuevo Código Civil, y por haber nacido el nuevo Registro Civil de la Propiedad Inmueble, Mons. Simeón Pereira y Castellón, 45º Obispo de León, hace el Registro del Hospicio.
En junio de 1930, el Padre Dubón cede a los Hnos. Cristianos, gratuita y a perpetuidad, el uso del Edificio de San Juan de Dios. Desde luego, con las limitaciones y condiciones que el propio Padre Dubón había adquirido. Sirve de Notario el Dr. Anastasio Castellón.
De noviembre 1970 a marzo 1971 se realizó el traslado de toda la maquinaria que estaba en el Hospicio San Juan de Dios al Técnico La Salle. La Curia Episcopal protesta y reclama de devolución del Edificio a la Diócesis. Aunque, ya con anterioridad, Mons. Isidro Augusto Oviedo y Reyes, 47º Obispo de León, había solicitado la devolución del inmueble. Fue notoria su ausencia el 7 de abril de 1957 cuando Mons. Oviedo no asistió a la colocación de la primera piedra del nuevo edificio. Mons. Oviedo y Reyes reclamó con mantenida insistencia los derechos de la Diócesis sobre el Hospicio.
En 1972 los Hermanos de La Salle, alegaron prescripción.
En los años ’90, siendo el 50º Obispo de León Mons. Bosco Vivas Robelo, nuestro actual Obispo, se consigue, con alguna dificultad, que los Hermanos de las Escuelas Cristianas regresen el Templo de San Juan de Dios a la Diócesis.
En el 2009, la Diócesis, solicita a los Hermanos que, como signo de buena voluntad y de querer arreglar definitivamente la cuestión de la propiedad, dentro del marco de los 325 años, comiencen por devolver a la Diócesis el local que utilizan los Cursillos de Cristiandad y los Alcohólicos Anónimos.