Migración podría dejar sin capital humano al país
La crisis sociopolítica de Nicaragua podría aumentar la migración del capital humano del país, algo que economistas consideran grave para la economía nicaragüense.
Para empezar, el economista independiente Luis Murillo señaló que en Nicaragua actualmente hay una situación económica crítica que está empujando a la población a la migración. “Yo creo que, si esta situación continúa hasta el final del año, vamos a tener una tasa de crecimiento negativa (o decrecimiento); y si eso se da y cierran, por ejemplo, las empresas maquiladoras tendremos unas 120,000 personas sin empleos, la mayoría de ellas jóvenes”, advirtió Murillo.
Murillo explicó que una de las fortalezas de Nicaragua hasta ahora es el llamado bono demográfico. “Eso quiere decir que una parte importante de la población es relativamente joven y esa es en parte la explicación de por qué tuvimos una tasa de crecimiento de más de 4% a 4.5% en los últimos años. Pero lo que puede suceder es que Nicaragua se va a quedar sin capital humano y va a seguir contribuyendo como lo ha hecho hasta ahora a por lo menos un tercio del PIB de Costa Rica. La gente nicaragüense que se va a trabajar a ese país, sobre todo, en el sector agropecuario levanta la economía tica, pero no la nicaragüense”, aseveró Murillo.
Según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), desde el 18 de abril (cuando empezó el conflicto en Nicaragua) hasta la segunda semana de junio, en el país se han perdido unos 215,000 empleos. Este centro del pensamiento económico estima que la economía tendrá un decrecimiento anual de 0.03%, si se resuelve la problemática en este mes de julio, pero será mayor (-5.6%), si no se llega a una solución rápida.
Para Murillo, la parte más negativa es que la migración se acentúe en los jóvenes. “La migración es una válvula de salida ante los niveles de desempleos que ya estamos viviendo en Nicaragua. El país no contaría con la vitalidad de los jóvenes para impulsar el crecimiento de la economía”, comentó.
El economista Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua y actual gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), coincidió con Murillo en que el capital humano es muy importante para la economía del país. “El crecimiento económico de un país se basa en una sumatoria de la mano de obra productiva del país, el capital y la tecnología. En el caso de Nicaragua, el factor fundamental y abundante es la mano de obra productiva. Si esta está migrando, Nicaragua dejará de crecer por esa razón. Sí atenta contra el crecimiento económico futuro del país”, sostuvo.
Los países centroamericanos enfrentan un proceso de transición demográfica, según el organismo costarricense Programa Estado de la Nación.
El bono demográfico de Costa Rica y Panamá está en una fase muy avanzada y culminará por el año 2020; el de Nicaragua y Honduras, en 2035; y el de Guatemala, en 2050. Se entiende como bono demográfico al fenómeno que se da en el proceso de transición demográfica en el que la población en edad de trabajar es mayor que la dependiente (niñez y adultos mayores) y, por tanto, el potencial productivo de la economía es mayor.
Menos interesante para inversionistas
Otra de las consecuencias de una fuga de capital humano en el país sería que Nicaragua dejaría de ser interesante para los inversionistas extranjeros, opinaron los economistas Murillo y Arana.
El año pasado, Nicaragua recibió más de US$1,400 millones en inversión extranjera directa. Esa inversión “la atraía a Nicaragua varias razones. Una era que la mano de obra era joven y tiene una remuneración relativamente barata, con respecto a otros países de la región”, comentó Murillo.
“(El capital humano) sí, obviamente, es uno de los factores claves para atraer inversiones en el país. Es uno de los factores de decisión. Hay muchas empresas que llegaron a Nicaragua para aprovechar el recurso humano que tenemos. Las zonas francas y el turismo; por ejemplo, son intensivas en el uso de mano de obra. Eso es lo que ha explicado el desarrollo de los sectores económicos de los últimos tiempos”, señaló Arana.
Según la agencia de prensa ACAN-EFE, las autoridades de Costa Rica han recibido en lo que va de junio más de 5,200 solicitudes de refugio de distintos países, pero el aumento exponencial lo atribuyen a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua.
El subdirector de Migración y Extranjería de Costa Rica, Daguer Hernández, indicó a ACAN-EFE que el ente recibía en promedio por mes entre 60 y 120 solicitudes de refugio.
El diario Extra, de Costa Rica, afirmó la semana pasada que los consulados ticos ubicados en Managua y Chinandega están emitiendo 535 citas diarias para los nicaragüenses que necesiten tramitar una visa. La información, atribuida por el medio costarricense al embajador Eduardo Trejos, indica que en Managua se ponen a disposición 400 citas y en Chinandega, 135.
Según Luis Murillo, los migrantes nicaragüenses en Costa Rica aspiran a trabajar en tres sectores económicos de ese país, que son el agropecuario, el de la construcción y el de servicios domésticos y vigilancia. “Lo que sucede es contradictorio, porque mientras nosotros estamos perdiendo una fuerza de trabajo vital, allá no la están aprovechando totalmente”, opinó.
Según Arana, debido a la “inestabilidad política e historia errática del país”, Nicaragua no ha generado tantas riquezas como sus vecinos centroamericanos. Esto les permite a ellos pagar más a sus trabajadores, lo que se ha convertido en incentivos para la migración de los nicaragüenses, principalmente, a Costa Rica.