Diversidad: el espíritu de una marca
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo. Y razones sobran: la diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible.
Como parte de su visión, Samsung pone especial énfasis en este tema. Más de 300 mil personas trabajan para Samsung y más de dos tercios de ellos están ubicados fuera de Corea. La fuerza de Samsung está en una mezcla rica de diversas culturas, grupos étnicos, idiomas y equidad de género.
“Nos enorgullecemos de esa diversidad y sabemos que nos da mayor creatividad y un negocio más fuerte, mejores productos, y clientes más satisfechos alrededor del mundo”, asegura Nicole Orillac, gerente de Ciudadanía Corporativa de Samsung Electronics.
“En nuestro compromiso de asegurar la diversidad, ofrecemos la posibilidad de aplicar en diversas posiciones con la extensión de traslados entre países dentro de las subsidiarias de la región. Esto se extiende, además, a una Política de Diversidad extensiva, así como a iniciativas hechas a medida de ‘Diversidad e Inclusión’ alineadas con los requisitos de nuestras subsidiarias”, Nicole Orillac.
De cara a la comunidad
Samsung cree en la educación diferenciadora y es por ello que este año el proyecto Smart School Nómada implementado en Guatemala, es uno de los ejemplos de los esfuerzos que la empresa hace en la región, desarrollando programas de Igualdad de Género y Emprendimiento que lleva a los niños, niñas y jóvenes de la etnia Quiché de Alta Verapaz a vivir nuevas experiencias de aprendizaje con tecnología de punta y métodos pedagógicos no tradicionales.
A través de una unidad de aprendizaje portátil que se puede llevar a distintos ambientes en exteriores, se ofrece a los niños guatemaltecos nuevas oportunidades para crear, innovar y divertirse, por medio de la apropiación de tecnologías en sus procesos de aprendizaje. Implementado a través de la mano de Plan International, el proyecto cubre temas curriculares, pasando por las competencias del siglo XXI y llegando a trabajar en áreas rurales, enfocándose en temas de reconciliación y valores ciudadanos.