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Agricultores en Centroamérica potencian sus negocios con el apoyo de Cargill

• Se brinda capacitaciones a 1,277 pequeños productores, de los cuales 40.6% son mujeres, sobre prácticas de seguridad alimentaria y adaptación al cambio climático.

• 804 productores participan con éxito en seis cadenas de valor y generación de ingresos, articulados a los negocios de Cargill y empresas de agro-exportación de alimentos.

• 713 microempresarias consolidaron sus negocios, que adicionan ingresos para mejorar su estilo de vida y sustento a sus familias.

Muchos de los pequeños productores de zonas rurales de Centroamérica han logrado reactivar su ciclo económico gracias al apoyo técnico de Cargill, empresa que además se ha convertido en el principal comprador de sus productos para la operación que mantiene en la producción de alimentos de consumo animal y humano.


Cargill ha establecido programas con sus proveedores para comprar, procesar y distribuir cereales, plantas oleaginosas y otros bienes, a los fabricantes de alimentos y otros. Productores integrados en 22 asociaciones, consolidaron su participación como proveedores en las cadenas de suministros de Cargill (Honduras y Nicaragua) y agro-exportación (Guatemala), generando ingresos brutos por más de US$2 millones.


“Para cumplir con nuestro propósito de nutrir y desarrollar las comunidades a las que pertenecemos, tenemos que involucrarnos desde el inicio de la cadena de producción, asegurándonos tener materias primas de alta calidad y que provienen de las mismas localidades en las que trabajamos, lo que responde a una economía circular en la que todos prosperamos y contribuimos a nutrir la región”, expresó Blanca Villela, Gerente Regional de RSE y Comunicaciones para Cargill Centroamérica.


Una de las claves para crear una economía sostenible ha sido la exitosa integración de todos los actores: colaboradores voluntarios, clientes, consumidores, proveedores y la comunidad.


Dentro de las acciones de responsabilidad social de Cargill destaca su programa “Nutriendo el Futuro”, desde el cual se apoyan distintas iniciativas en la región, incluso se trabaja de la mano con socios importantes, como CARE Internacional, con la que se han obtenido resultados muy favorables.


Este trabajo conjunto ha beneficiado a 804 productores en Centroamérica, de los cuales un 43.5% son mujeres que tienen a cargo la manutención de su familia por medio de la producción y venta de sus cosechas. En los últimos meses, se registra la producción de 2,426 Toneladas Métricas (TM) de granos (Maíz Amarillo, sorgo, frijol); 2,537.97 TM de vegetales (Ejote y mora) y 56.6 TM de carne o proteína animal (Cerdo y peces-tilapia); alimentos destinados al mercado y al autoconsumo familiar.


Acciones en Centroamérica de la mano con Cargill


En Honduras, Cargill se incorporó a una alianza con el Programa Mundial de Alimentos y Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) que busca fortalecer la calidad y la sostenibilidad del Programa Nacional de Alimentación Escolar del Gobierno de Honduras, y que impactará en al menos 500 productores, con la compra sus productos que posteriormente se utilizarán en las meriendas escolares.


En el país, cerca de 200 productores de maíz amarillo cosecharon 13,90.16 TM en 2 ciclos agrícolas 2016 y 2017. También, 1,298 TM de maíz amarillo fueron vendidos a Cargill, generándoles ganancias de US$400 mil aproximadamente. Además, 76 productores comercializaron carne de cerdo y tilapia.


En el caso de Nicaragua, los agricultores locales produjeron 1,033.14 TM en 2 ciclos agrícolas 2016 y 2017. De lo cual han realizado 2 ejercicios de comercialización con Cargill por 683.23 TM, generándoles ingresos por hasta US$ 61,366.19. Además, la empresa les dio acompañamiento técnico acerca del uso de nuevas tecnologías en los procesos de siembra, fertilización y cosecha de granos básicos; y en medidas de contingencia ante las plagas o efectos climáticos.


En ese país, en los últimos años, se han realizado investigaciones aplicadas para evaluar cruces y validar híbridos de sorgo junto a TechnoServe, también se integró el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) y estos esfuerzos permitieron identificar tres híbridos (Impulsor, Monarca y Télica) con alta capacidad productiva, alta resistencia a plagas y enfermedades, lo que representa un respaldo a la agricultura local y a la planificación para reducir el impacto negativo durante las cosechas.


Otro logro, ha sido el enfoque para que las semillas de grano blanco y grano de color rojo precoz (híbridas tropicalizadas) sean de alta calidad y accesibles a montos mucho menores de lo que se ofrece actualmente en el mercado, en cuanto a costo se refiere.


“Cuando hablamos de prosperar con las comunidades en las que operamos, nos referimos a la importancia de hacerlos parte activa del mercado, generando ganancias, empleo y esto se refleja en una mejor alimentación, no solamente para las familias, sino que para todas las personas que consumen nuestros productos: una agricultura sostenible y responsable para todos”, comentó Villela.


Los guatemaltecos también han recibido insumos, asistencia técnica y asesoría en cosecha de lluvia, uso de tecnología de riego, planes de manejo integrado de plagas, entre otros. De la mano de Cargill, más de 500 productores (58% mujeres), han implementado seis contratos con tres empresas agroexportadoras, comercializando 1,476.13 TM de ejote, 506 TM de mora, 135 TM de arvejas, generando ingresos por US$1, 389,087. Adicional, 30 productores (77% mujeres) porcinos iniciaron en 2017 la producción de carne de cerdo, de las que ya comercializaron 1.9 TM en 3 meses, que generó un ingreso bruto de US$8,750.


Las familias guatemaltecas que dependen de sus propios cultivos, también recibieron asesoría de cómo implementar diversos cultivos y cómo preparar y consumir alimentos utilizando las hortalizas que producen, paralelamente se les enseñó en diversificar la dieta y los buenos hábitos alimentarios.


Caso de éxito


Desde que inició el proyecto en Nicaragua, Hertsoni Dávila, oriunda de la comunidad de San Benito, en Chinandega, ha comercializado 200 quintales de sorgo. “Para mí, lo más importante es la comercialización, porque realmente ahí es donde vemos las ganancias. Antes pasábamos meses con los sacos apiñados para venderlos a precio de guate mojado. Al venir el proyecto, se vio el cambio, principalmente de agarrar el dinerito”, recuerda.


Francisco Pereira, pequeño productor de Honduras, pasó de cultivar para sobrevivir, a cosechar más de 250 quintales de maíz amarillo. “Siembro variedad de plantas y gracias a Cargill nunca me hace falta la comida en mi casa. Agradezco al Proyecto Nutriendo el Futuro por darme la oportunidad de poder mejorar mis ingresos económicos y asegurar los alimentos en mi hogar”, dice el trabajador.

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