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En Siria, las víctimas aumentan casi un 50 % desde la creación de las llamadas “zonas de distensión”


Las últimas cifras muestran nuevos niveles de horror en Siria, tras el fracaso absoluto de las denominadas zonas de distensión y de otras acciones internacionales, con el asesinato de al menos 37 civiles al día desde mediados de 2017 —un aumento del 45 por ciento en toda Siria— desde la creación de las zonas de distensión, entre las que se incluyen Idlib y Guta Oriental.


En el séptimo aniversario del conflicto, Save the Children insta a la comunidad internacional a poner fin a la cultura de la impunidad arraigada en el contexto de los enfrentamientos en estas zonas devastadas por la guerra, a ejercer presión para que se ponga término de inmediato a la violencia y a aumentar el seguimiento y la rendición de cuentas de las violaciones del derecho internacional humanitario.


En Guta Oriental, donde cientos de personas han sido asesinadas tan solo en las últimas semanas, las niñas y los niños se ven obligados a vivir en sótanos y refugios improvisados, donde, a pesar de todo, los bombardeos y el fuego de artillería los siguen matando, mueren por heridas no tratadas, enfermedades evitables y desnutrición y continúan sufriendo estrés tóxico grave.


Muchos temen constantemente por su vida, huyen sin cesar y pierden el control de su futuro porque se ataca a las escuelas y se ven obligados a abandonar su educación.


Save the Children habló con decenas de trabajadores humanitarios, niñas, niños, padres, madres, personal médico y docente y trabajadores juveniles de la zona asediada de Guta Oriental y del noroeste de Siria en el marco de un nuevo informe, Voices from Syria’s Danger Zones [Voces desde las zonas de peligro en Siria].


A mediados de 2017, se anunció la creación en Siria de cuatro zonas de distensión, que supuestamente proporcionan espacios para que la población civil pueda estar a salvo de ataques, lo que sugería que la crisis podría estar llegando a su fin. En realidad, los últimos acontecimientos muestran que, lejos de proteger a los civiles de los bombardeos, la situación está empeorando en algunas de estas zonas. Un análisis reciente revela que desde el anuncio de la creación de las zonas de distensión se han producido los siguientes hechos:


· Máximos históricos de desplazamientos, en los que hasta 250 niñas y niños huyen cada hora, lo que supone un aumento del 60 % desde el anuncio de la creación de las zonas de distensión. En el último trimestre del año, se produjo la mayor tasa de desplazamientos en Siria de los últimos cinco años, con más de un millón de personas que perdieron su hogar en tres meses.


· Aumento en un 45 % de las víctimas civiles, con, al menos, 37 personas civiles muertas al día en Siria a causa de armas explosivas, la tasa más elevada de los últimos años.


· Crecientes ataques contra la educación: más de 60 escuelas de Guta Oriental han sido dañadas o destruidas por bombardeos en los primeros dos meses de 2018. Las escuelas que reciben el apoyo de Save the Children en el noroeste de Siria informan que se ha multiplicado por cuatro el número de días que han tenido que cerrar debido a la violencia. Las evaluaciones educativas señalaron que las niñas y los niños se están quedando rezagados varios años.


· Un centro de salud atacado casi cada dos días, interrumpiendo los servicios vitales de miles de personas que necesitan atención sanitaria o intervenciones quirúrgicas o mujeres embarazadas a punto de dar a luz.


· Negación sistemática de ayuda: se ha impedido que más de dos millones de personas, la mitad de ellas, niñas y niños, en áreas clasificadas por la ONU como “de difícil acceso” o “asediadas”, reciban un solo convoy de alimentos y medicinas vitales,lo que ha causado niveles históricos de desnutrición infantil y ha obligado al personal médico a reutilizar vendajes y agujas.


Muchas niñas y niños pequeños han crecido en circunstancias traumáticas inimaginables, con un acceso insuficiente a alimentos y asistencia médica asequibles.


El personal docente entrevistado en Guta Oriental informó a Save the Children que se producían a diario casos de desmayos de niñas y niños por hambre en plena clase.


Algunas familias manifestaron que solo podían alimentar a sus hijas e hijos en días alternos debido a la carestía de los alimentos. En la asediada Guta Oriental, antes considerada uno de los graneros de Siria, el precio del pan es 16 veces superior al de los mercados circundantes.


También contaron que hay niñas y niños que no pueden dormir por la noche debido a las pesadillas y que sufren ataques de pánico cuando oyen ruidos fuertes. Una madre dijo:


“Lo que nos da más miedo son los aviones de combate. Mi hija pequeña, en cuanto oye que se acerca un avión, sufre un ataque. Pasa de estar nerviosa a tener un ataque y se queda inconsciente”.


Un trabajador humanitario dijo que había conocido a un niño que no había visto nunca una manzana y que le daba miedo. Otro comió un plátano sin pelar y se sabe que algunos niños y niñas esconden pan por si se acaba la comida.


Hany*, de 11 años, describió el momento en que su escuela fue atacada en Idlib: “La maestra estaba de pie delante de la ventana y nos dijo que se iba a marchar para traernos bolígrafos y papel. Antes de que pudiera salir sufrió una herida en la cabeza y vimos que estaba muerta”.


Helle Thorning Schmidt, presidenta ejecutiva de Save the Children International, afirmó:


“El mundo lleva demasiado tiempo defraudando a las niñas y los niños de Siria. Casi tres millones de niñas y niños han crecido sin conocer otra cosa que la guerra. A pesar de las recientes promesas de un alto al fuego, se sigue bombardeando a las niñas y los niños en las casas, escuelas y hospitales. Las familias se esconden en sótanos y llevan muchos meses sin tener acceso a lo más básico, como alimentos y suministros médicos. La ayuda humanitaria nunca debe utilizarse como arma de guerra de esta manera.


Incluso los lugares creados para garantizar la seguridad de la población civil, las llamadas zonas de distensión, en la actualidad son el centro de la violencia. Se debe poner fin de inmediato a esta violencia para que los organismos de ayuda humanitaria como el nuestro puedan suministrar ayuda para salvar la vida de cientos de miles de niñas y niños atrapados en Guta Oriental y en otras zonas afectadas por el conflicto.


La comunidad internacional no puede permanecer impasible ni permitir que una generación de niñas y niños sufra de este modo. Debe utilizar su influencia para garantizar una cesación del fuego inmediata y lograr que las partes beligerantes se sienten a dialogar y se negocie, de una vez por todas, un fin duradero para esta violencia que ha destrozado tantas vidas”.


Para evitar un ulterior deterioro de la situación, Save the Children insta urgentemente a los Gobiernos a:


· Presionar a todas las partes en conflicto para cumplir plena e inmediatamente con la Resolución 2401 y poner fin de inmediato a la reciente escalada de violencia en la región de Idlib y de Guta Oriental, y permitir la distribución segura y sin obstáculos de ayuda y servicios humanitarios en Siria y facilitar la evacuación por razones médicas de las personas enfermas y heridas.


· Poner de manifiesto el fracaso de las zonas de distensión a la hora de proteger a la población civil siria e instar a todas partes a buscar una solución política a la crisis.


· Garantizar que se llevará ante la justicia a quienes violen los derechos de las niñas y los niños, mediante investigaciones independientes sobre todos los ataques a escuelas y hospitales y el resto de violaciones del derecho humanitario internacional.

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