Hertsoni: oradora nata y productora visionaria
Gracias al apoyo del Proyecto Nutriendo el Futuro, ésta pequeña productora de sorgo ya no vende su producción de sorgo a precio de “guate mojado”
En su comunidad es reconocida como una oradora nata. Y es que cuando Hertsoni Dávila habla ante cualquier auditorio todas las miradas se dirigen hacia ella y solo su voz se escucha.
Su liderazgo natural, es lo que quizás hizo que sus compañeros la nombraran secretaria de la Cooperativa Multisectorial San Benito, integrada por pequeños productores de granos básicos, ubicada en la comunidad del mismo nombre en Chinandega.
Hertsoni es una pequeña productora de sorgo y una de las beneficiadas del Proyecto Nutriendo el Futuro, financiado por Cargill en asociación con CARE Internacional, y ejecutado en el caso particular de Nicaragua, por Fundación Fabretto.
A través del Proyecto Nutriendo el Futuro, los pequeños productores y productoras han aprendido a incorporar el uso de nuevas tecnologías y medidas de adaptación al cambio climático durante la siembra, fertilización y cosecha de granos; esto les ha permitido mejorar el rendimiento y calidad de manera significativa.
Durante los procesos de formación, impartidos en alianza con la Facultad de Agroecología de la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN), Hertsoni obtuvo la mejor nota como promotora. Dice que el inicio de las clases en la universidad no fue sencillo, ya que estaba acostumbrada a cultivar y cosechar “sin tantos números y estudios”.
Otro de los beneficios que los y las productoras han recibido, a través de Nutriendo el Futuro, es la posibilidad de comercializar con Cargill de forma segura y a un mejor precio su cosecha de sorgo.
La cooperativa San Benito ha realizado tres ejercicios de comercialización directa a Cargill. En la cosecha 2016 – 2017 vendieron 3,195.85 quintales de sorgo y para la cosecha de postrera 2017 esperan sembrar 160 manzanas de este grano, y vender siete mil 200 quintales a la Planta de Cargill en Chinandega.
En el caso de Hertsoni, recién comercializó 50 quintales de sorgo a Cargill, y desde que inició el proyecto ha vendido 200 quintales. “Para mí, lo más importante es la comercialización, porque es ahí donde vemos las ganancias; antes pasábamos meses con los sacos apiñados para venderlos a precio de guate mojado”, recuerda.
Expresa que ha tenido muchos avances desde que cuenta con el apoyo y asesoría de Nutriendo el Futuro, a tal punto que está preparando un plan de negocios para la comercialización de abono orgánico.
Agrega que previo a la elaboración de su plan de negocios, realizó estudios de mercado y analizó todos los gastos que conlleva este emprendimiento. “Poner un negocio no es solo cuestión de tenerlo, hay que averiguar cómo está el mercado, qué quiere la gente y cómo podemos obtener ganancias de eso”.